Mientras que la familia proporciona la base de valores, hábitos y comportamientos desde una edad temprana, la escuela complementa esta formación con conocimientos académicos y habilidades sociales, señala la Uniónm Nacional de Padres de Familia (UNPF).
Esta sinergia asegura que los estudiantes no solo se desarrollen intelectualmente, sino también emocional y éticamente, preparándolos para enfrentar los desafíos de la vida con una visión de educación y formación integral, explican.
En México, la relación entre la familia y la educación enfrenta varios desafíos. Según datos recientes, más de 4 millones de niños, niñas y adolescentes no asisten a la escuela, y otros 600,000 están en riesgo de abandonarla debido a diversos factores, incluidos la falta de recursos y la violencia (UNICEF) (Mundo Nuestro).
Además, solo 2 de cada 5 adolescentes en situación de pobreza extrema continúan su educación más allá de la secundaria (UNICEF). Estos datos subrayan la necesidad urgente de fortalecer la colaboración entre la familia y las instituciones educativas para garantizar una educación inclusiva y de calidad para todos los niños y jóvenes.
La familia y la escuela, al trabajar juntas, pueden reforzar valores y conductas positivas en los jóvenes. La coherencia entre los mensajes y expectativas de ambos entornos facilita la internalización de principios como la responsabilidad, el respeto, la honestidad y la solidaridad.
Este refuerzo mutuo crea un entorno consistente y predecible para los estudiantes, lo que fomenta un desarrollo más sólido y coherente en su personalidad y comportamiento.
A través de una colaboración, el Pontificio Instituto Teológico Juan Pablo II para las ciencias del matrimonio y la familia y la Unión Nacional de Padres de Familia reafirman su compromiso con la educación y el fortalecimiento de la familia como pilar fundamental de la sociedad.
Por ello invitan a todos los medios de comunicación a ser partícipes de este significativo evento y a difundir esta iniciativa que busca mejorar la calidad de vida de las familias mexicanas a través de la educación a nivel local, regional y nacional.
Este convenio tiene como objetivo principal el otorgamiento de becas y descuentos especiales en programas de posgrado y educación continua, con un enfoque específico en las ciencias del matrimonio y la familia. La formación académica en estos ámbitos es crucial para fortalecer el núcleo familiar, proporcionando a los participantes herramientas profesionales para impactar de manera positiva en el ámbito educativo y la vida comunitaria.
La oportunidad de acceder a una formación especializada en matrimonio y familia no solo beneficia a los individuos que buscan mejorar su comprensión y habilidades en estas áreas, sino que también promueve un efecto multiplicador en la sociedad.
Profesionales bien formados en estos campos pueden convertirse en agentes de cambio, mejorando las dinámicas familiares y contribuyendo al desarrollo de comunidades más cohesionadas y solidarias.